El gobierno de Estados Unidos ejecutó una serie de ataques aéreos contra instalaciones nucleares de Irán, en coordinación con Israel, como parte de una estrategia para detener el desarrollo del programa nuclear iraní. Las operaciones se dirigieron contra tres sitios estratégicos: Fordow, Natanz e Isfahán, utilizando bombarderos B‑2 y misiles Tomahawk lanzados desde submarinos.
La acción fue anunciada por el presidente Donald Trump, quien afirmó que los ataques “destruyeron completamente” las instalaciones.
Trump señaló que se tomó la decisión luego de que fracasaran las negociaciones con Irán y venciera un ultimátum de dos semanas.
Según Washington, el objetivo fue reducir la capacidad de Irán para producir armas nucleares mediante la destrucción de infraestructura subterránea y el freno al enriquecimiento de uranio.
En un mensaje grabado, el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, afirmó que los bombardeos fueron realizados en “perfecta coordinación” con Estados Unidos.
Aseguró que se cumplió el objetivo declarado por Israel desde el inicio de su ofensiva militar contra Irán, el pasado 13 de junio.
La Organización de Energía Atómica de Irán respondió mediante un comunicado en el que condenó los ataques y afirmó que el programa nuclear continuará.
Además señaló que las agresiones no detendrán el desarrollo de la industria nuclear nacional.
Asimismo, las autoridades iraníes informaron que no existe riesgo para la población de Qom y sus alrededores al referirse al sitio de Fordow.
You must be logged in to post a comment Login