El gobernador de Sinaloa, Rubén Rocha Moya, ofreció una nueva explicación sobre el origen de su candidatura en 2021. Después de haber señalado en el pasado que su postulación se dio por la intervención del entonces presidente Andrés Manuel López Obrador, ahora afirma que fue el resultado de los niveles de preferencia electoral registrados en encuestas internas.
Durante su conferencia semanera, Rocha aseguró que no hubo imposición presidencial, sino que las mediciones de intención de voto lo colocaban por encima de otros aspirantes. Según dijo, en esos ejercicios aparecía con alrededor del 35% de apoyo, muy por encima del siguiente contendiente, a quien calificó como “expriista”, en referencia a Gerardo Vargas Landeros, quien posteriormente fue alcalde de Ahome y fue destituido por presuntos actos de corrupción.
El mandatario también señaló a la comisión encargada de realizar las encuestas al interior de su partido. Indicó que dichos estudios fueron elaborados “de manera superficial”, lo que —según él— llevó a que el entonces alcalde de Mazatlán, Luis Guillermo Benítez Torres, apareciera con ventaja en dos rondas de medición, aun cuando “no figuraba” en la contienda.
Rocha rechazó versiones que lo implican en presuntos apoyos económicos para influir en los resultados: sostuvo que no tenía necesidad de hacerlo porque confiaba plenamente en su posicionamiento entre el electorado.
Glosa del informe y contraste con oposición
El gobernador adelantó que este viernes 28 se llevará a cabo la glosa de su cuarto informe de gobierno en el Congreso del Estado. Señaló que únicamente asistirán funcionarios de su administración y que el evento se centrará en explicar los avances de su gestión.
La jornada se realizará en medio de críticas: un día antes, organizaciones empresariales y representantes de la oposición difundieron un “informe ciudadano” en el que confrontan los datos oficiales del gobierno estatal con cifras del Inegi, principalmente en temas de seguridad, procuración de justicia, economía y salud.
