Paquita la del Barrio armó una gran juerga en el Auditorio Nacional, con mariachi, banda y acordeón

Paquita la del Barrio armó una gran juerga, acompañada de mariachi, banda y acordeón, con la que contrarrestó el impacto doloroso del desamor y pasó un poderoso cheque en blanco a los hombres en el Auditorio Nacional.

La cantante de 76 años de edad, quien compartió escenario con la Sonora Santanera y María Fernanda sacudió –una vez más ayer– las conciencias femeninas e interpretó, para regocijo de las engañadas, maltratadas y subestimadas por la cultura machista, Taco placero, Viejo rabo verde, Me saludas a la tuya, Cheque en blanco, Malvados hombres y Rata de dos patas.

La cantante veracruzana y el grupo del tabasqueño Carlos Colorado regresaron al coloso de Reforma en un espectáculo, que disfrutó el público de todas edades, así como grupos de amigas que llegaron a relajarse. La idea, señalaron las mujeres que arribaron desde temprano a las puertas del recinto, ya pensionadas y festivas, era gozar, cantar y sacar el estrés cotidiano escuchando el regional mexicano de Paquita la del Barrio y el ritmo sabrosón de la agrupación fundada por Colorado Vera hace casi 70 años.

El espectáculo, continuación del que protagonizaron los artistas en septiembre pasado en la gira La última parada, abrió ayer con la festiva presencia del mariachi y ejecutantes de danza regional que hicieron aplaudir a los miles de asistentes de entre los cuales se escuchó el grito alegre: ¡échale, compadre!

El respetable público recibió a la intérprete de pie

Salió Paquita la del Barrio, con un vestido verde esmeralda, a quien el público recibió con aplausos y de pie. La veracruzana expresó: buenas noches, me da mucho gusto saludarles; espero que la pasen muy bien. Luego abrió el espectáculo con Invítame a pecar.

La algarabía continuó con Me saludas a la tuya y Las rodilleras, con las cuales ya la fiesta empezaba a carcajadas y la catarsis era colectiva. Se escuchó el grito de guerra: ¿me estás oyendo, inútil?. Y la cantante dijo: ¡se vale llorar, eh!.

Pa’ todo el año, de José Alfredo Jiménez, fue entonada a todo pulmón con su potente voz por la veracruzana que, acompañada con el mariachi y el acordeón, continuó con Tragos amargos. Mientras el escenario se iluminaba con fuegos artificiales, llegó su tributo a Juan Gabriel y el jolgorio continuó con Juro que nunca volveré; después llegó Me cansé de rogarle. El coro multitudinario acompañaba a Francisca Viveros Barradas, nombre real de Paquita, consagrada como una de las leyendas del regional mexicano.

Paquita interpretó Mi vecinita. De nuevo, la cantante hizo reír al respetable cuando enfatizó en la letra: ya saqué la conclusión, yo sé por qué se los digo no existen mujeres feas, sólo hay maridos jodidos.

Pero con Tu última parada, la cantante ya tenía cautivos a sus seguidores y los gritos, aplausos y rechiflas fueron para el macho mujeriego: condenada carcacha nada más te calientas pero luego te apagas.

Con Chiquito, Paquita no dejó títere con cabeza: yo me esperaba un cuerpazo, de esos de atletas bien dados, y resultó un pellejito. Tienes el pie chiquitito. Tienes los ojos chiquitos. Tienes el talón chiquito, en fin que todo es chiquito. Enfatizó: “vales pa’puras vergüenzas; eres un inútil”.

En el repertorio incluyó Qué te ha dado esa mujer, Ya no estás más a mi lado corazón… Y con el tema Las mujeres mandan, se dio el gusto de decir: ¡arriba las mujeres!

En la segunda parte, apareció la Sonora Santanera, que ofreció sus canciones más populares. Abrió con La boa, pero con Paquita todavía sobre el escenario interpretó Mi razón y la voz versátil de la veracruzana resonó en el recinto.

La agrupación invitó después a Carlos Cuevas, quien cantó Solamente una vez. Te adoramos, Paquita, expresó el bolerista.

Francisca Viveros ofreció una gran noche con pirotecnia, bailarines, serpentinas por los aires y se lanzaron grandes pelotas al público y llegaron más canciones como Sin fortuna, El telescopio, Tres veces te engañé, Acá entre nos y Rata de dos patas. Agarren lo que les toca a cada uno, yo nada más les recuerdo, comentó. Más adelante, a alguien que gritó, le dijo: se ve que te dolió, ¿verdad?

Paquita agregó: gracias por haberme aguantado tanto, desde 1947 hasta 2024; siento que todavía me quieren. He ganado más aplausos que dinero, éste no sé ni por dónde lo tiré, pero sus aplausos los traigo aquí conmigo. Esos ya nadie me los quita, se van conmigo hasta la tumba.

En su segunda aparición la Sonora Santanera de Carlos Colorado interpretó Bomboro quiñá quiñá, El ladrón y Perfume de gardenias, entre otros emblemáticos temas.

Su carrera empezó artística durante los años 70, tras mudarse de su natal Veracruz a la Ciudad de México e integrar el dueto Las Golondrinas, junto a su hermana Viola. En 1984 comenzó como solista. Actualmente es considerada una de las figuras femeninas más conocidas de la cultura popular del país, gracias a su sentida interpretación de temas en los que aborda el machismo, el amor y el desamor.

La Sonora Santanera, fundada en 1955, se ha destacado por sus melodías con influencia del danzón, mambo, bolero, rumba, chachachá, guaracha y cumbia.

El ensamble, dirigido musicalmente por Juan Carlos Navarrete, fue postulado en la pasada entrega del Grammy Latino a mejor álbum tropical tradicional y hace una semana fue declarada patrimonio vivo de la Ciudad de México por sus siete décadas de tradición musical.

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